Thursday, October 12, 2006

Erzsebet Bathory



Retrato de Erzsebet Bathory


Más conocida como "La Condesa Sangrienta", debido a los macabros y sádicos crímenes que cometió, Erzsebet Bathory fue una aristócrata húngara perteneciente a una de las más ilustres familias de Europa. De hecho, de esta misma familia también fueron Esteban y Sigmund Bathory que ocuparon los tronos de Polonia y Transilvania, respectivamente, además de varios dignatarios de la Iglesia y ministros de Hungría.

Popularmente se cree que mataba a sus jóvenes doncellas para bañarse en su sangre porque creía que así se mantendría joven y bella. Se dice que llegó a asesinar a 650 personas para este propósito. Actualmente, y después de las investigaciones llevadas a cabo, no se sabe a ciencia cierta si esto es verdad o no, aunque sí se puede asegurar que cometió incontables crímenes de extrema crueldad.

La historia de Erzsebet comienza en 1560, fecha en la que vino al mundo en el seno de una de las más importantes familias de Hungría. Se le dio una educación esmerada, llamativa para la mujer de esa época y de esa región del mundo, que en ese momento era conocida como Reino de Hungría. Mientras que la mayoría de los nobles de esa zona y en esos años apenas podían escribir, ella dominaba con fluidez el latín, el alemán y el húngaro.

Erzsebet creció como una chica aplicada, aunque ya en su temprana infancia comenzó a llamar la atención por sus comentarios sobre la vejez y la muerte.

Argumentaba que ella no había nacido para morir, y que todo lo bello que le pasaba no podía desaparecer así porque sí. Tal vez en ese pensamiento se encuentre una de las claves que la llevaron a convertirse en la asesina más sanguinaria de la historia.

A la edad en que la mayoría de las muchachas descubren el amor y la belleza en el sexo opuesto, ella manifestó atracción por otras chicas y, especialmente, por su sangre.

En sus 15 años, Erzsebet fue casada obligatoriamente (como se acostumbra entre los nobles de esa época) con otro hijo de familia aristocrática húngara llamado Ferencz Nadasdy.

Ferencz era un hombre acostumbrado a domar caballos salvajes y lidiar con situaciones de peligro, pero nunca consiguió que Erzsebet demostrara sumisión frente a sus deseos. Por el contrario, siempre encontró en ella el espíritu de un potro indomable.

La condesa pasaba varias horas frente al espejo; ensimismada, narcisa y con poco interés en su vida matrimonial.

La habitación de Erzsebet era fría e impersonal, y en ese ambiente de pocos afectos la salud de Ferencz empezó a debilitarse. A medida que el marido perdía fuerzas y ganaba achaques, la condesa se volvía cada vez más ermitaña. Aunque no dejaba de buscar placer en amantes jovenes.

El matrimonio Bathory-Nadasdy vivía en el sombrío castillo de Csejthe, situado en el llamado Reino de Hungría.

Ferencz era conocido como el "El Caballero Negro", por sus destacadas proezas como general en el campo de batalla. Era tan cruel como su mujer. Estuvo la mayor parte de su matrimonio luchando contra los turcos y cuando volvía a casa disfrutaba torturando a los prisioneros.

El hecho de que Ferencz estuviera ausente gran parte del tiempo fue la causa de que Erzsebet buscara refugio en numerosos amantes de ambos sexos de los que pronto se aburrió, de forma que, intentando buscar nuevos divertimentos, llamó a gran cantidad de brujos y alquimistas que la iniciaron en ciertas prácticas de brujería en las que se centró su vida a partir de entonces.

Su marido la abandonó definitivamente en 1604: murió a mediados de ese año. El fallecimiento de Ferencz incrementó su locura por no envejecer. Las sirvientas ya padecían las consecuencias de aquellos deseos. Tenían órdenes de preparar brebajes y pócimas para contrarrestar los efectos del paso del tiempo. Con la muerte de su marido, esas órdenes también dejaron de tener efecto. De esa manera la Condesa desató y empezó su escalada criminal.

Una de las mejores amigas (y cómplices) de Erzsebet se llamaba Darvulia, una anciana conocida en los alrededores como "La Bruja del Bosque".

Paloma Picasso intrepretando la vida de Erzsébet Báthory

Luego de la muerte de su esposo, Darvulia abandonó la casa donde vivía y se mudó al castillo de Csejthe. Erzsebet estaba fascinada por la hechicera, creía en todos sus poderes y necesitaba de sus hechizos para mantener la ilusión de frenar el envejecimiento. Los brebajes de Darvulia pretendían disimular el paso del tiempo. Así, la magia negra, los conjuros, alquimia y todo de lo que era capaz Darvulia se instalaron en la habitación y en la vida de la condesa.

A partir de la aparición de la hechicera se meciona a la Virgen de Hierro, una muñeca de tamaño natural que Erzsebet utilizaba en sus ritos de sangre.
Convencida de que la única forma para anular el envejecimiento era bañarse o beber sangre de doncellas jóvenes, desparramó toda la maldad de la que ella era capaz en pos de obtenerla y disfrutarla.

Manipulada por su dueña, la Virgen de Hierro era un objeto de tortura. Era de metal, con cabellera rubia, joyas, maquillaje y siempre se presentaba desnuda.
Con falsa y perversa amabilidad, la autómata recibía y luego abrazaba a las jóvenes víctimas de la condesa. Cuando las tenía entre sus brazos, sus falsos senos se abrían y apuñalaban a la presa. Estando las víctimas malheridas, eran degolladas y su sangre era bebida por Erzsebet. Y, si la cantidad era suficiente, hacía llenar una gran bañera con la sangre de las doncellas y se sumergía en ella, buscando desesperadamente la fuente de la juventud.

En los asesinatos, Erzsebet no actuó sola. Sus cómplices fueron dos de sus criadas:
Jo Ilona y Dorko, ambas fieles e igual de sanguinarias que las Condesa. Se encargaban de buscar a muchachas de entre 12 y 18 años, traerlas al castillo y mantenerlas siempre listas para los sometimientos de su ama. Erzsebet las necesitaba a todo momento; cuando padecía dolores de cabeza, por ejemplo, bajaba hasta el sótano para darles mordiscos y masticar la carne arrancada.
Los gestos de dolor de las doncellas, y las gotas de sangre calmaban, enseguida, cualquier molestia.
El origen de la historia que dice que utilizaba sangre para fines cosméticos data de que un día, propinó una violenta bofetada a la criada que la estaba peinando, con tan mala fortuna que ésta comenzó a sangrar y su sangre salpicó la mano de la Condesa. Convencida de que el trozo de piel donde había caído la sangre se veía más lozano, proyectó tomar baños de sangre humana para mantener su juventud y belleza eternamente.

Erzsebet no solo bebía la sangre de infortunadas muchachas, también las envolvía en orgías indescriptibles. Padecían los peores tormentos. Si hablaban mucho, ella misma les cosía la boca.
Para la gente del pueblo, las chicas que iban al castillo lo hacían en calidad de empleadas. Pero, a medida que iban desapareciendo, empezaron a circular rumores que, de todos modos, no eran ni por asomo más crueles que la verdad sobre las atrocidades que se llevaban a cabo en el castillo de Csejthe. Sólo decían que la condesa Bathory las mataba para bañarse en sangre de vírgenes. Por eso, incluso antes de ser acusada oficialmente, la empezaron a llamar "La Condesa Sangrienta". Erzsebet y sus cómplices daban explicaciones muy tontas para justificar la desaparición de las doncellas. Argumentaban que habían tropezado, que una rara enfermedad las había matado sorpresivamente, que un animal las había devorado en el bosque, etc.
Ruinas del Castillo de Csejthe

Más tarde que temprano, acusaron a la Condesa. No por simple acto de justicia, sino porque, no conforme con las campesinas, empezó a reclutar a las hijas de personas adineradas de la zona.
Fue el colmo para la sociedad de esa época; así, su abominable imperio empezó a sentir los primeros tambaleos.
Erzsebet fue llevada a tribunales en donde 20 jueces varones la interrogaron por sus crímenes. Fue condenada, pero no a morir, sino a padecer un encierro perpetuo en su propio castillo.
Representación del juicio

Por órdenes judiciales tapiaron ventanas y puertas del castillo, especialmente las de su aposento: solo se mantuvo un pequeño orificio por el cual se le suministraría escaso alimento y agua.

Así vivió durante casi 3 años. El 21 de Agosto de 1614 murió sin mostrar muestras de arrepentimiento. Tenía 54 años, y las arrugas que tanto odiaba la recubrían por completo. Su rostro, que siempre había mostrado una fría serenidad, estaba terso, sí, pero no por haber encontrado la fuente de la juventud, sino por el frío insoportable que padeció confinada entre las paredes de su habitación. Según el conteo oficial de víctimas, las doncellas que murieron de peor forma fueron 610, aunque se estima que el número total de mujeres asesinadas por Erzsebet alcanzó los 650.

Gran parte de los investigadores achacan los malvados instintos de Erzsebet a la degeneración genética a la que habían llegado los miembros de esta familia debido a la endogamia, pues la única manera de mantener las posesiones era el matrimonio entre familias nobles húngaras.

Monday, October 09, 2006

Petiso Orejudo


Asesino de niños, el más destacado en aquellos años en Argentina por su barbarie su ironía y por ser un niño tan lleno de maldad que conmocionó a la opinión pública porteña del mundo, de un mundo donde los medios masivos de comunicación todavía no estaban tan vigentes.

En la capital argentina existía un monstruo, un ser maldito, macabro con una crueldad hasta los extremos más desconocidos. Buenos Aires se transformaría de a poco en una ciudad que perdería la tranquilidad, se había apoderado un pánico colectivo puesto que la ola de crímenes se pudo comparar con el asesino Jack "el destripador" o el "Vampiro" en Düsseldorf.

La familia Laurora estaba en su domicilio, todos sentados a la mesa, el esposo, la mujer, su hijo de siete años, pero sus rostros de preocupación eran muy evidentes, algo andaba mal, faltaba Arturito, el mayor, su comportamiento no era nada normal, comentaba su madre sorprendida y preocupada, esa ausencia de ya varias horas inquietaba a la familia. Su padre, quien demostraba su verdadero estado de ánimo, se dirigió a la comisaría 13ª a dar respectivo conocimiento a las autoridades. Ya han pasado 24 horas desde la desaparición de Arturito, su padre ya presiente lo peor y piensa para sus adentros que habría tenido un accidente y nadie se había percatado de ello, igual ha caído en las manos de un monstruo.

Mientras tanto el agente Gallardo por las esquinas de Pavón y Solís vigilaba su territorio asignado como era costumbre en aquellas épocas donde la movilidad no era lo que es hoy día, se le acercan dos desconocidos y se identifican uno como Francisco L... y el otro como Jerónimo M... :
- Agente - Le dijeron agitados.
- Venimos de ver la casa de Pavón Nº 1541 que está vacía y en alquiler y vimos dentro el cadáver de lo que parece ser un niño.
Antes de una hora de esta denuncia ya el agente había dado parte al comisario Eduardo Vivas, todos los agentes de guardia en esa zona arribaron al lugar y se encontraron con la macabra escena, en el piso se encontraba con las piernas entreabiertas el cadáver de un niño de no más de 14 años que por la descripción que había dado su padre no había lugar a dudas, era Arturito, alrededor del cuello tenía varias veces enroscado un piolín (cordón que utilizaba para atarse los pantalones).
El Petiso Orejudo con el arma homicida


Su padre, el señor Laurora trató de contener el llanto al tener que reconocer el cadáver de su pequeño hijo, esa familia ya no sería la misma con un hermoso hijo y de la noche a la mañana ya no lo tenían más con ellos, un monstruo se había apoderado de su inocente vida. Rápidamente se comenzó la investigación de este horrendo crimen, se investigó desde la sirvienta que tenía las llaves que entregaba a los interesados en alquilar la vivienda hasta los vecinos más cercanos al lugar pero no pudieron acercarse a nada concreto.

Era un personaje, cínico cuando estaba por matar a un niño y alguien se acercaba, para despistar, simulaba que él mismo lo encontraba haciéndose pasar por un ciudadano que colaboraba con la justicia.
Pero el comisario, al ver una denuncia de su propio padre que decía lo siguiente comenzó a desconfiar de este ser, que era un niño pero con la encarnación del mismo demonio.

Fiore Godino como se llamaba su padre italiano que residía en el país hacía 18 años casado, de profesión "Farolero" el cuál dejo asentado que tiene un hijo llamado Santos Godino de 9 años que es totalmente rebelde a la autoridad de sus padres, que molesta de forma continua a los vecinos arrojándoles piedras e insultándolos con palabras que no hacen al vocabulario de personas civilizadas. Lo entrega a la autoridad policial para que lo recluya en donde crea conveniente. Pero como el comisario todavía no tenía las pruebas suficientes para declararlo culpable fue puesto en libertad, nuevamente el monstruo estaba libre acechando a cualquier inocente criatura presa de sus depravadas locuras de muerte. Para la ley todavía cabía la pregunta, ¿quién sería el asesino?.
Sigue el horror en Buenos Aires.

Caminaba un tal Smith rumbo hacia su casa cuando escuchó unos llantos de miedo, al pararse frente a la puerta de donde procedía ese extraño llanto se asomó y encontró a una niñita de cuatro o cinco años llorando sin consuelo y a su lado un jovencito de enormes orejas que la intentaba consolar, cuando el señor Smith preguntó que sucedía el joven dijo que había escuchado los mismos llantos que él y entró a consolarla y continuó diciéndole que tal vez se escapó de sus padres y se extravió, el extraño ser de orejas apantalladas dijo conocer donde vivía y junto al señor que había interrumpido un posible crimen de una inocente niñita la entregaron a sus padres.

Pasados algunos días, después de lo relatado anteriormente, un agente de policía en la puerta de una casa de la calle Urquiza encontró a otra niña que tenía apenas tres años llorando y a su lado este extraño personaje de orejas enormes intentando calmarla y se repitió lo mismo diciendo que sabía donde vivía y ambos también la entregaron a sus padres frustrando otro crimen del petiso orejudo pero estas personas lo hicieron sin saber de la bestia que estaba a su lado.
Asesino y también Incendiario

Dos hechos en los cuales estuvo posiblemente implicado, pero jamás se pudo comprobar, ¿quién iba a notar que un niño sería el autor de los incendios?.
Uno fue en un corralón de maderas en la calle Carlos Calvo al 3900, el otro en la estación de Tranvías Anglo Argentina este último fue apagado a tiempo, el anterior, por tener un elemento muy combustible, lamentablemente no pudo apagarse.
Santos Rodino, como todo criminal, tuvo una infancia horrible y llena de sinsabores, con un hermano epiléptico que vez tras vez había que sostenerlo entre varias personas para que no se matara contra las paredes en sus repentinos ataques, con un padre alcohólico que no hacía otra cosa que maltratar a su madre y para completar, siendo muy pequeño su progenitor le dio una paliza que hasta el día de sus crímenes guardaba cicatrices en la espalda.

Dos niñitos en un zaguán jugaban, y Godino con sed mucha sed de sangre, la niñita se negó a ir con él pero el varoncito de tres años cuando el monstruo le ofreció caramelos, dijo que sí, éste lo condujo a un lugar apartado, le dio vueltas en el cuello un piolín que llevaba y terminó con la vida de este bebe y creyendo que estaba aún vivo encontró un clavo que le atravesó en la sien, sintió alivio y observó su obra casi perfecta para su mente.

Cuando se retiraba, un hombre cualquiera le preguntó si no había visto a su hijito de tres años y le contestó que en la policía le darían información, Santos Rodino jamás pensó que estas serían sus últimas y malvadas andanzas.

Otra de sus víctimas Jesualdo Giordano fue atada de pies y manos y atravesado el cráneo con un clavo de tres pulgadas.
Mediante las pericias de aquella época que no tenían los avances de la tecnología que hoy día se usa para descubrir a asesinos seriales Cayetano Santos Godino fue atrapado en su domicilio el 3 de Noviembre de 1912, este cruel asesino, durante el interrogatorio a pesar que se le encontró un piolín de las mismas características que el que tenían sus víctimas se mantuvo en una negativa profunda, la justicia decidió llevarlo a la morgue para mostrarle el cadáver del niño y camino a ese destino decidió confesar, todos quedaron perplejos ante tan atroces declaraciones.

Cronología de sus crímenes

Miguel de Paoli


El 28 de septiembre de 1904, contando con apenas 7 años, Cayetano da inicio formal a su carrera criminal, a fuerza de engaños lleva a Miguel de Paoli, de casi dos años hasta un baldío y allí lo golpea para luego arrojarlo sobre un montón de espinas, un policía que pasaba se percata de lo sucedido y lleva a ambos niños a la comisaría de donde serían recogidos mas tarde por sus respectivas madres.
Ana Neri


Al año siguiente, Cayetano agrede a su vecina Ana Neri, de apenas 18 meses. Le conduce hasta un baldío en donde le golpea repetidamente en la cabeza con una piedra. Nuevamente es descubierto por un policía quién pone fin al ataque y le detiene, pero, dada su corta edad es dejado en libertad esa misma noche.
Severiino González


El 9 de septiembre de 1908 vuelve a las andadas, conduce a Severino González Caló, de 2 años, a una bodega ubicada frente al Colegio del Sagrado Corazón, ahí lo sumerge en una pileta para caballos cubriéndola después con una tabla para ahogar al pequeño. El propietario del lugar, Zacarías Caviglia, descubre la tentativa pero Godino se defiende diciendo que el niño había sido llevado hasta allí por una mujer vestida de negro de la que suministra señas particulares. Es conducido a la comisaría de donde es recogido al día siguiente.

Homicidio de una niña de un año que fue enterrada viva.

El 15 de septiembre de 1908 quemó los párpados de Julio Botte, un niño de veintidós meses con un cigarrillo. La madre de la víctima lo descubre, pero logra escapar a tiempo.

El 17 de enero del fatídico 1912 Cayetano, quién ya es conocido en las calles con el sobrenombre de "Petiso Orejudo", se introduce en una bodega de la calle de Corrientes y da rienda a otra de sus grandes pasiones; el fuego. El incendio que provoca tarda cuatro horas en ser sofocado por los bomberos. Después de su arresto declararía:
"Me gusta ver trabajar a los bomberos… es lindo ver como caen en el fuego."

El 26 de enero de 1912 un crimen aterrador conmueve a la sociedad porteña. El cadáver Arturito es encontrado. Arturo Laurora fue golpeado y torturado, se encontró con un trozo de cordel atado alrededor del cuello.

El 7 de Marzo de 1912 prendió fuego a la ropa de la niña Reyna Bonita Vaínicoff de tan solo cinco años que falleció a raíz de las quemaduras.

En los meses siguientes el Petiso causa dos incendios más que son controlados fácilmente por los bomberos sin que se produzcan víctimas.

El 25 de Agosto de 1912 asesinó a un menor de 12 años.

El 24 de septiembre, mientras trabaja en una bodega propiedad de Paulino Gómez, Cayetano mata de tres puñaladas a una yegua. No fue detenido por falta de pruebas. Apenas unos días después prende fuego a la Estación Vail de la compañía de tranvías Anglo-Argentina, el incendio fue controlado por los bomberos.
Roberto Russo


En noviembre 8 el Petiso Orejudo, con engaños como siempre, convence a Roberto Russo de 2 años a acompañarlo a un almacén en donde supuestamente le compraría unos caramelos. Le lleva hasta un alfalfar a pocas cuadras en donde le ata los pies y procede a ahorcarlo con un trozo de la cuerda que usa para atarse los pantalones, son descubiertos por un peón del alfalfar quién los entrega a las autoridades. Cayetano declara haber encontrado atado al niño y estarlo rescatando cuando son descubiertos, es liberado por falta de mérito.

El 16 del mismo mes, en un baldío situado en las calles de Deán Funes y Chiclana, intenta golpear a Carmen Gittone de 3 años. Un vigilante hace acto de presencia y el agresor consigue escapar. Días después, el 20 de noviembre, se lleva de la esquina de Muñiz y Directorio a la niña Catalina Naulener de 5 años. Busca un baldío por la calle Directorio, pero antes de encontrarlo la menor se resiste a seguir. Godino se descontrola y la golpea. El dueño de la casa ubicada en el número 78 de la mencionada calle interviene y Cayetano logra huir de nuevo.

El último crimen del Orejudo es probablemente el mejor documentado de su espectacular carrera, su víctima, Gerardo Giordano de apenas tres años sale, como todas las mañanas después de desayunar con sus padres, de su casa ubicada en la calle Progreso número 2185 para reunirse con sus amiguitos y jugar a todo aquello que acostumbran jugar los niños en esa edad. Esa misma mañana del 3 de diciembre, a pesar de los acostumbrados gritos de su padre, Cayetano sale de su casa ubicada en Urquiza 1970, ya lleva clavada entre los ojos la determinación terrible de matar.

Después de vagabundear un rato por las calles, Santos Godino encuentra, en la calle Progreso un grupo de chicos jugando. Se les suma sin despertar ninguna sospecha porque, después de todo, su aspecto de idiota siempre le ha permitido ganar la confianza de sus víctimas.
Gerardo Giordano

Poco después consigue convencer a Gerardo para que lo acompañe a comprar unos caramelos. Un rato antes y sin éxito, invitó a Marta Pelossi, de 2 años de edad; pero la menor, asustada, se refugió en su domicilio. Así pues, víctima y homicida se encaminan sin apuro hacia el almacén ubicado en Progreso 2599 en donde compran dos centavos de caramelos de chocolate. Enseguida el más chico los reclama, pero Godino, imperturbable, resuelve dosificarlos: le permite algunos, y le promete los demás si acepta acompañarlo hasta cierto lugar alejado, la Quinta Moreno.

Una vez en la entrada, el chico llora y se resiste a entrar. Pero el asesino lleva hecho demasiado, ni siquiera vacila: lo agarra con violencia de los brazos, lo introduce en la quinta y lo arrincona cerca de un horno de ladrillos. Lo derriba con fuerza y lo aquieta poniéndole la rodilla derecha sobre el pecho. Godino conoce el mecanismo: con apuro, pero sereno, se quita el piolín que lleva por cinturón (se trata de esos lazos de algodón que se utilizan en albañilería para sostener las plomadas), y empieza a enrollarlo en el cuello de Gerardo, le da 13 vueltas y procede a estrangularlo. Pero Gerardo intenta levantarse, así que Cayetano procede a atarle de pies y manos cortando la cuerda con un cerillo encendido. De nuevo procede a asfixiarlo con el cordel pero el chiquillo se resiste a morir. Una idea cruza por la mente de Cayetano; ¿Por que no atravesarle la cabeza con un clavo?

Uniendo la acción a la idea el Petiso se da a la tarea de encontrar la herramienta deseada, su búsqueda le lleva al exterior del local en donde topa con el padre de Gerardo quién le pregunta por el paradero del niño, imperturbable, Cayetano, le responde no haberlo visto y le sugiere dirigirse a la comisaría más próxima a levantar un reporte.

Mientras tanto el Orejudo encuentra un viejo clavo de 4 pulgadas, regresa con él junto a su víctima, usando una piedra como martillo lo hunde en la sien del niño moribundo y después de cubrirlo con una vieja lámina de zinc huye de la escena del crimen.

Esa noche, durante la velación de su víctima, Cayetano hace acto de presencia. Después de observar durante algún tiempo el cadáver de Gerardo huye llorando del lugar. (Según declaró posteriormente, deseaba ver si el cadáver aun tenía el clavo en su cabeza) Para su desgracia dos policías, el Subcomisario Peire y el principal Ricardo Bassetti ya habían ligado cabos con casos anteriores y esa misma madrugada se allanó el hogar de los Gordino arrestando a Cayetano, encontrando en sus bolsillos un artículo de periódico aun fresco que relataba los pormenores del asesinato y en sus pantalones restos del piolín con que había intentado ahorcar a Gerardo.
La Condena

El 4 de enero de 1913 ingresó preventivamente al Hospicio de las Mercedes, donde intentó asesinar a varios internos. Debido a los informes médicos que lo declaraban un alienado mental, el juez Oro lo sobreseyó por considerarlo irresponsable de sus actos, y ordenó que permanezca en el Hospicio. Este fallo fue confirmado por el juez de segunda instancia, pero el 12 de noviembre de 1915 la Cámara de Apelaciones lo condenó a cárcel por tiempo indeterminado, porque no era un imbécil absoluto como lo establecía el art. 81 del Código Penal. La Cámara además sostuvo que había mejorado debido al tratamiento dado en el Hospicio, por lo que el 20 de noviembre ingresó en la Penitenciaría Nacional. El 28 de marzo de 1923 Godino fue finalmente trasladado al penal de Ushuaia. A comienzos de 1933 estuvo un tiempo en el hospital del penal por la paliza que le dieron los presos luego de matar a un gato, mascota preferida por los presos, Santos Godino lo arrojó vivo a una estufa. A partir de 1935 estuvo constantemente enfermo y sin recibir visitas, hasta que murió el 15 de noviembre de 1944 en condiciones poco claras. También se dice que murió por secuelas de la brutal paliza que recibió tiempo atrás.
Nadie sabe si se llevó más crímenes a la tumba.

Thursday, October 05, 2006

Andrei Chikatilo



Andrei Chikatilo, uno de los asesinos en serie peores del mundo, asesinó hasta 53 muchachas y muchachos jóvenes en Rusia desde 1982 hasta 1990. Conocido como el Hannibal Lecter soviético

Nació en Ucrania el 16 de Octubre de 1936, en una pequeña aldea en tiempos de hambruna, cuando morían millones de personas cuyos cadáveres se amontonaban en las calles y campos, lo más cruel para el pequeño Andrei y su hermana era escuchar en el regazo de su madre como su hermano mayor, Stepan había sido raptado y devorado, aunque no era un caso aislado en aquellos duros años treinta, el hecho marcaría notablemente al niño, quien se sentía en esos momentos más solo que nunca y la manera en como su madre se los contaba hacia que la historia pareciera verídica.


En la escuela era muy introvertido, incapaz de aceptar su miopía, (sus primeras gafas las tuvo a los treinta años, y hasta los doce se orinó en la cama). Siempre era humillado por sus compañeros, cualquiera podía decirle lo que fuese, él se limitaba a escuchar y a aguantar. No es de extrañar que con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas contenidas y con todas esas injurias. A medida que iba creciendo, se hacía más tímido con las mujeres, hasta el punto de hacer fracasar su primer intento sexual, por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba una chica, de ahí surgieron los primeros rumores de su impotencia.

A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa, y aunque era incapaz de mantener una erección, sí podía eyacular. Logró alcanzar en contadísimas ocasiones la suficiente erección para dejar embarazada a su esposa, pero no dejaba de pensar, que la naturaleza lo había castigado castrándolo al nacer. Era un marido de carácter estable y trabajador, un padre que nunca levantaba la voz ante los hijos, un respetado miembro del partido comunista que leía los periódicos y se mantenía al corriente de la actualidad.

En la escuela en la que trabajaba, sus alumnos se reían de él, le apodaban "el ganso". Él no hacía nada por remediarlo, tampoco cuando le empezaron a llamar "afeminado", ni cuando le pegaban arrojándole una manta por encima o cuando lo sacaban de las aulas a patadas. Después de cierto tiempo por miedo a los chicos empezó a llevar un cuchillo a su trabajo.

El 22 de diciembre de 1978, Chikatilo mató por primera vez, abordó en la calle a una niña de nueve años de edad, y la convenció para que se fuera con él a una cabaña que poseía en las afueras de la ciudad. Sabía como hablar a los niños, él mismo había sido maestro y tenía a sus dos hijos. Una vez allí la desvistió con violencia. Accidentalmente, le hizo un rasguño del que brotó sangre, hecho que le propició una erección inmediata, estableciendo el vínculo fatal entre sangre y sexo. Luego, sacó un cuchillo y se lo clavó a la niña en el estómago. Con cada puñalada notaba que se acercaba más al orgasmo, por lo que no cesó de hacerlo hasta la eyaculación. Chikatilo había intentado satisfacer su necesidad sexual movido por la esperanza de llegar a ser igual que los demás, pero no lo era.

El 3 de septiembre de 1981 asesinó a su segunda víctima, Larisa Tkachenko de 17 años de edad, la convenció a ir con él al bosque para tener relaciones sexuales, pero falló en el intento por lo que ella se río de él, esto lo enfureció, perdió el control, le estranguló y eyaculó sobre el cadáver, mordisqueó su garganta, le cortó los senos y en su frenesí se comió los pezones. En esos momentos supo que volvería a matar. Los dos primeros asesinatos de Chikatilo tuvieron cierto carácter fortuito. Es posible que, en ambos casos, sus intenciones fueran solamente de índole sexual. Los gritos de terror le excitaban, pero era el asesinato en sí lo que presentaba para él el acto sexual supremo.

Su tercera víctima fue Lyuba Biryuk, fue raptada de una villa y fue acuchillada 40 veces en el bosque, le mutilaró los ojos, esto se volvería algo común en sus asesinatos, la firma mortal de Chikatilo.

Chikatilo asesinó a otras 3 personas ese año, entre ellas se encontraba su primera víctima masculina, Oleg Podzhivaev de 9 años de edad, el cuerpo no se encontró pero Chikatilo afirmó ser el responsable y haberle arrancado los genitales, la prensa estaba enloquecida con el asesino en serie, el modus operandi era siempre el mismo, sus víctimas siempre se encontraban en los bosques, con indicios de violencia y sadomasoquismo, y en ocasiones les faltaban miembros a las víctimas, eran niños, niñas y chicas jóvenes. Entre ellos había muchos escapados de casa y retrasados mentales, pues se dejaban convencer más fácilmente y agradecían su ayuda en el laberinto del sistema de transportes local, con el que no estaban familiarizados

En 1984 asesinó a 15 personas, mientras el tiempo entre sus asesinatos iba disminuyendo el número de víctimas iba en ascenso. Chikatilo los elegía entre la multitud en estaciones ferroviarias y en paradas de autobús, y con algún pretexto, los convencía para que lo siguieran a alguna zona boscosa. Una vez allí les infligía numerosas puñaladas (entre treinta y cincuenta). Casi todas las víctimas sufrían la mutilación de los ojos. A las adolescentes o chicas jóvenes les seccionaba los pechos o los pezones, ya fuera con sus afilados cuchillos o con los dientes.

La tecnología rusa de los equipos de la investigación era arcaica en naturaleza, lo que dificultó la investigación. No publicaron las matanzas, temiendo al pánico. Los hombres a cargo de la investigación eran Viktor Burakov y coronel Fetisov. .

Burakov y Fetisov pensaron que el asesino engañó a sus víctimas en la estación de tren en ciudad. Las estaciones entonces fueron supervisadas por los detectives buscando cualquier comportamiento sospechoso o cualquier persona hablando con los muchachos o las muchachas jóvenes.

Chikatilo fue descubierto en la estación de tren cuando intentaba seducir a niños. Los detectives lo detuvieron y lo llevaron a la comisaría de policías. En su bolso encontraron la vaselina, la cuerda, toallas sucias y un cuchillo de cocina. Su sangre fue mecanografiada, y reveló que él tenía sangre tipo A, pero el presunto asesino que andaban buscando tenía sangre AB, de las pruebas realizadas en las muestras del semen encontradas en las víctimas. Chikatilo entonces fue liberado.

El perfil del asesino fue hecho por el Dr. Bukhanovsky, psicólogo ruso principal. Él lo denominó asesino X y concluyó que X no era un homosexual y no tenía posiblemente una esposa y niños. El asesino sería un sádico pues mutilar a sus víctimas era una cierta forma de dominación.

Años más tarde, recordaron a Andrei Chikatilo. El detective Burakov entró en contacto con el jefe del trabajo de Chikatilo y descubrió que él estaba de viaje los días de los asesinatos. Andrei fue buscado, hallaron un corte en su dedo, y sus órganos genitales tenían abrasiones. Andrei negó cómo sucedió, pero cuando registraron su mochila encontraron su cuchillo de cocina.

Chikatilo fue interrogado por Bukhanovsky y terminó confesando pues no podía soportar más contenerse, le explicó en un ataque de ansiedad cómo consiguió la satisfacción sexual de asesinar y de mutilar, también añadió su placer por el canibalismo. Chikatilo admitió por lo menos 53 asesinatos y también condujo a policía a algunas víctimas sin descubrir.

La razón de la discrepancia del tipo de la sangre todavía no se ha descubierto. Algunos dicen que era un desorden raro de la sangre, donde la sangre y el semen tienen diversos tipos pues su semen era del tipo AB y su sangre de tipo A.

Las razones por las que Chikatilo mutilaba con furia los ojos de las víctimas eran porque creía que los ojos de las víctimas mantenían una imagen del asesino después de muertos.

Chikatilo fue condenado de muerte por los 53 asesinatos.Fue ejecutado en 1994 con un tiro en la cabeza.